La puesta en marcha de una planta es el proceso de preparar, configurar, verificar y optimizar todos los equipos y procesos para iniciar la producción con garantías. En proyectos nuevos o en revamping de instalaciones, esta fase resulta decisiva, ya que determina tanto la rapidez en la entrada en producción como la fiabilidad y robustez de la fábrica a lo largo de su vida útil.
Nosotros entendemos la puesta en marcha como un conjunto de fases sucesivas que aseguran el éxito del proyecto. Comenzamos con una planificación detallada, que evita arranques desordenados y costes innecesarios. Posteriormente, realizamos pruebas offline de programación, la verificación de señales eléctricas, la configuración y calibración de equipos, y las pruebas en vacío y con producto para validar el funcionamiento real de la planta.
El proceso se completa con la formación del personal de operación y mantenimiento, un periodo de test de planta junto al cliente y, finalmente, la optimización de procesos, donde ajustamos parámetros para reducir consumos energéticos, minimizar tiempos muertos y mejorar el rendimiento global.
De esta forma, convertimos la puesta en marcha en el inicio de una operación industrial eficiente, segura y preparada para el futuro.